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Foto del escritorDr.Desastre

Exploración sensorial



Desde que empecé la residencia me han ocurrido (como podéis imaginar) mil y una cosas. Es normal, vas con tu batita deshilachada blancoamarillenta con el logotipo moribundo de tu hospital, mas tu cara de novato y claro...eres el blanco de todo suceso.

Tuve mi primera guardia, y mi segunda. Dios nos pilló confesados, gracias a Dios.


Lo cierto es que, desde que me presento como "Hola tal, soy el Dr tal y voy a ser su médico" la historia ha cambiado. Si habéis leído alguno de mis posts como estudiante, podíais intuir que era casi parte del mobiliario, un gadget más del piloto principal...como un actor en ciernes que sólo y exclusivamente entraba en escena para...cómo decirlo, ¿Hacer bulto?.  Eso ha cambiado, ahora en ocasiones, y sólo en ocasiones (por ahora) soy el protagonista del teatro.  Como decía, me ha ocurrido de todo: me han presentado a ciento y la madre de representantes (son hombrecitos o mujercitas muy bien trajeados o vestidos, con la más amplia de las sonrisas y extremadamente amables, representan fármacos, son como nuestros friends forever en el hospital), me han dado ya la invitación a un congreso (Sitges nada más, y nada menos...), mi jefe me "recriminó" una acción (puntualmente me metí la mano en los bolsillos delante de un enfermo, se me disculpe), me he perdido una y otra y otra y otra...vez por el hospital, he llegado sobre la bocina a una sesión clínica, he llegado media hora antes a una sesión clínica, me he vuelto a perder en el hospital, he sufrido las consecuencias funestas de una guardia, sufrí un traspiés delante de la cama de una paciente y casi me voy de cabeza contra ella, me he equivocado de box, he entrado en un box antes de tiempo (con la consiguiente regañina de la enfermera, según ella, el paciente aún no estaba preparado para mí...me hizo gracia), me he dado contra la p*** manivela de las camas en la espinilla con el consiguiente ¡Me cago en! (todo interior, otra vez fue al entrar a un box, estaba feo exteriorizarlo), me he olvidado de los nombres tropecientas veces, me ha invitado alguna que otra ancianita a su pueblo para hacerme "buenos potajes" (les conté que venía desde muy al sur y no me traje a mi madre), esas ancianitas también me han querido presentar a sus nietas, algún que otro paciente ha preguntado ya por mí al no verme el día anterior (enormemente halagado), a 15 minutos de mi segunda guardia me doy cuenta que la talla del pantalón del pijama es la "P" de Pardillo, porque de "Pequeña" nanai...dentro cabía un elefante conmigo (imaginaos), he auscultado (es cuando os ponemos en el pecho o espalda ese aparatito con auriculares y trompa) a un paciente, me he quitado el fonendo, mi tutora me preguntó por el soplo...¿Que sopló quién? Ay madre...los pacientes me han dicho "Gracias doctor" al despedirse, también me ha...espera, frena, ¿Que me han dicho qué?


Tú esbozas una sonrisa, y les agradeces a ellos haber tenido paciencia con la espera y por supuesto, haberse portado tan bien contigo.  Es que es increíble.  Y no porque te agradezcan tu trato, en absoluto, es mi trabajo y punto, es algo más profundo que eso.  Es un sentimiento. Como un vínculo que tú has establecido con ellos, tú has hecho lo posible por cuidar de ellos y ellos, han cuidado de ti a su manera.

Como habrás podido observar, querido lector, he escrito varios items en mi diario, pero me quedo sólo, y exclusivamente con una cosa.  Que si tú sonríes al paciente cuando le hablas o tratas, él te devuelve la sonrisa (por muy mal que esté en ese momento, os lo aseguro), que si tú le tocas o le coges de la mano, ellos vuelven a sonreir y aparcan su carilla de malestar por una de difícil descripción, quizás una mezcla de agradecimiento y bienestar, que si tú les haces una simple pregunta como ¿Necesita algo? cada vez que vas a verles, ellos sonríen y te lo agradecen.


Quizás no les pueda ayudar mucho todavía desde el punto de vista médico (llevo una "L" bien grande en la espalda), pero lo que si sé, es cómo me gustaría que me trataran a mí, o a mi madre, o a mi padre o...siguiendo con la media de edad, a esa que marchó al cielo en busca de sus recuerdos.


La consigna es clara... Todo por mi paciente.

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