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Foto del escritorDr.Desastre

Como un niño con bata blanca (epílogo)



Después de que por fin el viento almeriense haya desaparecido, me enfilo de nuevo en mi inspiradora terraza para crear un nuevo post.  Hoy he empezado a estudiar "enserio" (término aclamado por los estudiantes, sobre todo de medicina) pediatría 2 para Septiembre.  Sí, quizás la asignatura que más me gusta y para la última convocatoria, pero, cuando recibes visitas inesperadas, Junio se hace muy cuesta arriba.


Hoy, como digo, he vuelto a revivir experiencias de mis últimas prácticas de pediatría y me he acordado que quedaba un post final pendiente, un epílogo donde contaros las últimas impresiones (las otras están en Parte 1 , Parte 2 y Parte 3 ).  Recuerdo el último pensamiento que tuve cuando salí despidiéndome del equipo que me había apadrinado esas dos semanas: "¿Ya está? Tengo que volver...".  Eso lo dice todo creo yo.  Y es que, como contaba en las demás partes, tener ese pensamiento de "mañana cuando vuelva, espero que estén bien" o "mañana cuando vuelva, voy a hacer esto...lo otro..." es indescriptible, valiosísimo y sobre todo, enriquecedor.  Supongo que todo esto es lo que sienten mis futuros compañeros de profesión con sus pacientes, pero para un simple y humilde estudiante de 5º es todo un mundo de sensaciones nuevas.


Pequeñas princesas y diminutos príncipes que se cuelan en ti y te ganan con sólo mirarte.  Eso es lo que más recuerdo, sus miradas.  Sobre todo pienso en aquella preciosidad de ojos azules y pelo rubito a la que le hice mi primera punción lumbar, ese otro duende que siempre se quería quedar con mi super boli con luz exploragargantas, o por otra parte, el moñaco que cuando nos veía nos saludaba con un "¡Hola caballeros!"; por no hablar de aquellos otros pitufos que al salir de la consulta se volvían hacia mí y me chocaban la mano o me daban un beso.  ¡Buas! ¡Cómo lo echo de menos!.  Ignorantes y a la vez valientes personajes que no se dan cuenta por lo que están pasando, que sólo ven que están en una casa llamada hospital, donde hombres o mujeres disfrazados de blanco les hacen cosas o les obligan a otras tantas, contra su voluntad en casi todas.  En muchas ocasiones me pregunté, ¿Un adulto que pasase por ello llegaría a actuar así? es decir, ¿Nosotros los mayores tendríamos una sonrisa en la boca, jugaríamos y trataríamos con simpatía a todo aquel que se acercase?  No sé, lo dudo, quizás por ello terminé uno de los post diciendo "Les admiro".


Gracias a esta mini-historia, he recibido comentarios por parte vuestra espectaculares, que en su momento, me ayudaron a motivarme de cara a los exámenes entre tanto problema de salud que tuve.  Fue mágico sentir por la mañana el afecto indirecto de los pequeñajos y luego por la noche, llegar aquí y encontrarte con más de un comentario que te arrancaba una sonrisa e incluso te hacía flotar, ¡Muchas gracias!.


Lamentablemente no he vuelto a saber nada de ellos, fueron de las últimas prácticas, los exámenes se echaron encima y el tiempo escaseó, así que siento no terminar con un desenlace de sus casos.  Por supuesto, espero que a todos, el tratamiento les fuera bien y ahora estén disfrutando de ser ellos mismos, de por fin, ser niños de verdad.  


Como decía, este humilde niño con bata blanca pone fin a esta mini-historia y os agradece el apoyo y piropos que ha recibido por parte vuestra.  Sólo espera que le sigáis acompañando para que le sea más fácil hacerse mayor :-)

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