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  • Foto del escritorDr.Desastre

Como un niño con bata blanca. Parte I.



Hoy ha sido mi primer día de prácticas en pediatría.  Me he levantado con una sonrisa, muy ilusionado, ya que como sabéis es una de las especialidades que más me gustan (incluso me atrevería a decir la que más) y eso se nota por las mañanas.  Nada tiene que ver con la anterior semana, anatomía patológica.


Pues bien, allá que he ido yo con mi sonrisa y mi ilusión al reparto de plazas.  Tras dudar por las diferentes subespecialidades, al final he decidido oncología pediátrica, sí, niños que tienen cáncer, muy duro y triste, pero he pensado que sería diferente a todo lo que había visto hasta la fecha y así también podría ver de primera mano el lado más "complicado" de la pediatría.  Me esperaba un servicio con un tono gris, no nos mintamos, siempre que nos mencionan la palabra cáncer se nos dibuja una cara diferente, de tristeza, afectiva e incluso muchas veces de compasión y rabia si el apellido de la palabra tumor es niño o bebé.  Pero nada más alejado de la realidad.  Ese posible tono gris está perfectamente pintado de color, alegría, juegos, payasos y más cositas que hacen sentirte feliz y que tu cara refleje esa sonrisa con la que te has despertado.  Sí, así es, en cuanto he entrado y disfrutado de los pequeños he olvidado en qué servicio estaba y la connotación que tiene.


Mirad, tienen una sala para que los niños jueguen, cargada con todo tipo de cosas, por ejemplo: juguetes, pupitres, ordenadores infantiles, pinturas (con las que por supuesto se manchan sus deditos jeje) además de un personal de educadores y animadores muy simpáticos y afectivos.  Es como si estuviesen en el colegio, no los aleja de la realidad, al contrario, ellos ni siquiera quieren irse cuando llega el alta (hemos tenido hoy dos y ninguno quería marcharse).  La verdad es que es de admirar que pese a que están en un hospital y vivan con su enfermedad, esté todo tan bien planificado que olviden todos sus "pequeños grandes problemas" y se sientan la mayoría cargados de alegría y fuerza.  Como os cuento, también había payasos, con sus narices rojas, caras pintadas, traje de micolor y pantuflos al más puro estilo Krusty el payaso.  Por otra parte también hay tiempo para el Karaoke con el que indirectamente aprenden inglés, aún me acuerdo:

- ¿Do you like Chopin? - gritaban los cuidadores-.

- ¿¿¿¿Do you like Chopin???? -gritaban aún más los pequeños-.


Pero aún hay más, hoy los niños han ejercido de estupendos reposteros, pues han hecho un pastel (de verdad eh!) con forma de conejo para el personal de enfermería (por cierto, olía de maravilla!!); lástima, no he podido incarle el diente :-)

Y como en todo buen colegio, no podía faltar la hora del recreo.  Seguro que muchos de vosotros lo recordaréis como el toque de timbre más importante de la mañana, pero para algunos de estos pequeños alumnos no es tan ansiado tal tiempo.  El recreo significa nuestra llegada, es decir, tienen que volver a la habitación para que nosotros los visitemos. Ahí es como una vuelta a la verdadera realidad, incluso para mí.


Me han llamado la atención tres niñitos, cada uno con un tipo de personalidad y cáncer diferente.  El primero de ellos tenía un tumor neuroectodérmico, ya operado y se iba hoy de alta.  Estaba un tanto alicaído, triste, pero gracias a las bromas y "tortas" que le daba el pediatra conseguíamos arrancarle una sonrisa, y creedme, preciosa sonrisa, era encantador. El segundo de ellos tiene un linfoma de Burkitt y creo que es el niño más alegre y "dispuesto" que he visto en un hospital!.  Hemos entrado y nos ha saludado con un "Hola caballeros!!" jajaja, el moñaco sólo tiene 6 añitos y mirad como habla ya!.  A cada pregunta que le hacíamos sonreía y luego contestaba con una gracia innata que la verdad, se agradece.  Yo me quedaba mirándolo con cara de detective (no me preguntéis cómo es esa cara XD), luego le sacaba la lengua y el tío me la sacaba también y se iba para atrás hacia la cama riéndose a carcajadas, como diríamos, un auténtico crack!! Mañana me meteré más con él.  Y del último paciente que os quiero hablar, es una niñita, de 7 años, ojos azules, pelo rubio (en breve se le empezará a caer, esperemos que se lo tome bien), realmente guapa y también, increíblemente simpática.  Es difícil de concebir que un niño de esa edad se muestre tan empático y aún más extraño que lo haga hacia un médico, pero lo hacen, y esta niña era uno de ellos.  Tiene Leucemia, pero eso no le impide, ser una de las más participativas en el "cole" y en el "recreo" tratarnos (sí, ella a nosotros) como a reyes :-) Tenía en su camita un globo con forma de espada, me ha dado por preguntarle que si lo había hecho ella; ni corta ni perezosa, lo ha deshecho todo y me ha ido explicando paso a paso cómo hacer tal artilugio.  Si os soy sincero me he quedado embobado con ella, jeje.  


Como podéis intuir me ha encantado el día de prácticas, un servicio lleno de inocencia, alegría ante todo, magia (muy importante) y una atmósfera cargada de cariño y amor (sí, puede que esas sean las palabras para definirlo)que han hecho que por momentos me sintiera como un niño con bata blanca, olvidarme de todo y simplemente disfrutar con ellos hasta tal punto que he mirado el reloj y he visto que era hora de irme al seminario!! (a las 13.00 y entré a las 09.00; se me pasó volando!).


Os iré contando qué tal siguen las prácticas del niño con la bata blanca :-)

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