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  • Foto del escritorDr.Desastre

Paciente Vs Burocracia



Sigo con mis prácticas en Nefrología. La verdad, no las voy a recordar como las más interesantes, no me llama para nada la especialidad, el riñón es algo necesario para vivir, pero no dirigirá mi trabajo el día de mañana. A pesar de todo ello, sigo sacando conclusiones y moralejas sobre la medicina gracias a estas desdichadas prácticas. Os cuento...


Arrastraba síntomas de un buen resfriado todo el fin de semana y el lunes finalmente se mostró en todo su esplendor, dejándome grogui. Dejé a mi subconsciente mañanero del martes la libre elección de ir a las prácticas o quedarme en la cama, pero increíblemente me sentía mucho mejor, sin los agobiantes mocos y allá que fui al hospital. Y para qué lo haría...

Me tocaba rotar por otra sección de nefrología, hemodiálisis, debo de estar la última semana de prácticas ahí y era el primer día, y ya se sabe, el primer día nunca es fácil. Totalmente cierto, me tocó lidiar con una doctora (mi brújula en esta semana) con un cabreo de tres pares, saliente de guardia (es decir, con pocas horas de sueño) y con una jornada aún por delante intensiva.


Para más inri, mis mocos volvieron (eché mano al bolsillo de la bata, ¡yuju! Llevaba pañuelos aunque pocos), mi dolor de cabeza hizo acto de presencia otra vez y mi malestar general se volvió a agudizar, ciertamente, iba a ser una mañana larga (miré el reloj, ¡ouch! Son sólo las 9:30!!).


Resfriado aparte, la doctora estaba con ese humor porque le habían adjudicado un par de pacientes que estaban en prehospitalización listos para ingresar y subir a planta, los cuales iban a ser ingresados sin ningún criterio médico, y mucho menos nefrológico. Además, no tenían ninguna historia clínica hecha (sólo constaba el motivo de consulta), uno refería dolor mandibular y en el cuello, es decir, nada que ver con el riñón y la otra paciente, era una paciente de 87 años que estaba siendo dializada (por insuficiencia renal), en muy mal estado general tanto físico como mentalmente a causa de lesiones cerebrales. Como veis, no tienen nada que ver con nefrología, pero la doctora se tenía que encargar de ellos. Esos pacientes llevaban en prehospitalización desde la tarde anterior, esperando ser examinados por el especialista (mi doctora), sin ningún papel hecho, sin ninguna historia clínica realizada y sólo con unos análisis pedidos por control. Increíble. Pues imaginad, mi médico, su cabreo y mi resfriado y yo allá que fuimos, los examinamos, nos hinchamos a pedir pruebas que tenían que haber sido pedidas ya y allá que nos metimos en los ordenadores de nefrología para dejar constancia de todo.


Mierda, me he terminado los pañuelos. ¿Hora? Las 11...En este momento pensé en cómo ingeniármelas para aguantar con un sólo pañuelo y mi nariz-manguera de mocos hasta las 13:00.

¿Me creéis si os digo que a partir de las 11 y hasta las 12:45 mi doctora no hizo otra cosa más que escribir en el ordenador? Tratamientos, diagnósticos, petición de pruebas, juicios clínicos y más y más cosas. En una ocasión se volvió hacia mí y me dijo, “Ves, en esto también consiste ser médico, escribir en el ordenador una novela”. Seguro que muchos de vosotros cuando habéis estado acompañando a algún familiar o si vosotros mismos habéis estado ingresados en planta, os habréis preguntado en más de una ocasión ¿Por qué no pasa ya el médico? ¿Dónde estará? Simple y llanamente en la mayoría de las ocasiones) siendo preso de la burocracia médica con la que tiene que hacer frente día a día.


La verdad es que me entristece un poco pensar en que en la carrera te intentan hacer ver que el paciente es lo primero, lo más importante, y que luego, cuando estás ejerciendo, el tiempo dedicado a estar con tu paciente, es de 10 minutos para luego tener que dedicar casi 60 en escribir un millón de cosas. Y sigo creyendo, ¿Eso quien lo sufre?

Se supone que informatizar toda la evolución y seguimiento del paciente es bueno para este, pero sería interesante saber lo que les gustaría en este sentido. El día de mañana me armaré de valor y preguntaré a algún paciente si prefieren tener su historia clínica perfectamente archivada, escrita e informatizada o por el contrario, que su médico estuviese mucho más tiempo a su lado, interesándose por su estado.

PD: yo sigo con mi piscina de mocos y un cementerio de clínex a mi cargo!

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