Hace unos días que muchos nos sentimos diferentes, incluso he llegado a oír que extraños, como de vacío. Hace unos días que para muchos ha comenzado otra gran etapa en sus vidas finalizando otra no menos importante. Hace unos días que hemos vivido uno de los momentos más increíbles y bonitos que jamás se borrará y que seguro que hemos reservado un sitio permanente en nuestro corazón y neurona más preciada para él. Sí, desde hace unos días, algunos ya somos licenciados.
¿Recordáis cuando pisamos por primera vez un aula de medicina? Estoy seguro de que podéis reproducir el mínimo detalle de ese momento, yo lo hice con faringitis y con casi 39ºC de fiebre pero, ni eso ni nada ese día podía apartarme de sentirme por fin estudiante de medicina. La noche de antes casi no duermes, imaginando cómo será, lo raro que te sentirás, a quién conocerás...en definitiva, un paso importante. Aquellas horas de interminable estudio selectivo habían dado sus frutos y te creías tan bueno que hasta te considerabas importante por sólo haber entrado. Ilusos, en aquel tiempo éramos un punto insignificante de una gran circunferencia. Pero daba igual, tú habías conseguido ya uno de tus objetivos y se te llenaba la boca de felicidad cuando te preguntaban, ¿Y tú qué estudias?
MEDICINA.
¿Cómo han evolucionado las cosas verdad? Hace seis años entrábamos con una mentalidad ganadora y ahora que hemos "terminado" salimos con otra más "miedica", o por lo menos yo. En todos estos años ha habido de todo, en mi caso, incluso he conocido dos universidades, ya que empecé por el Norte hablando otro "idioma" y termino en el Sur intentando dominar una jerga. Me ha dado tiempo a sentir todo tipo de sensaciones, supongo que como a vosotros. Algunos ni me conoceréis, sí, soy ese chico que llegó en tercero que habla poco y es bajito, os comprendo, a penas se me ve. Pero, aunque algunos no sabéis quién soy, vosotros sois mis compañeros y estoy seguro que he compartido algo con vosotros en estos 4 años de relación. Nos hemos mirado, nos hemos rozado, nos hemos deseado suerte en algún momento pre-examen, nos hemos saludado por la calle (no sin antes poner cara de "Creo que te conozco"), nos hemos ayudado en alguna que otra práctica sin conocernos previamente, un cruce de pasillo, un cruce de miradas... Miradas...he visto miradas de un "quiero" y otras de un "no puedo", he visto a gente pegando botes delante de una plantilla mientras el de al lado agachaba la mirada, he visto caras de agobio en plena presentación estrella "Power Point", también he visto abrazos de alegría y otros tantos de "ánimo, lo conseguirás", he vivido grandes descansos de biblioteca aderezados con risas y anécdotas, hemos sido personajes de teatro estudiándonos el guión largas horas para sólo realizar una función en algún aula a una determinada hora...
En definitiva, a los estudiantes de medicina nos da tiempo de sobra para sentir, vivir o percibir cualquier tipo de sentimiento y cuando estás sentado en esa butaca mullidita rodeado de compañeros vestidos de guapo y tus familiares mirándote orgullosos, empiezas a recordarlos, tanto que, un pequeño gran vídeo o discurso (felicidades a aquellos que hicieron posible ello, de corazón) pueden rasgarte el alma y hacer que te emociones con lágrimas y todo...
El gran momento llega cuando te levantas de esa butaca aterciopelada, inspiras, subes unas escaleritas (rezando al Dios que esté en "Modo Disponible" para no caerte), te plantas delante de la mesa presidencial y te visten con una banda resplandecientemente resplandeciente. Todo ello se multiplica x100 si es tu hermano el que te la pone y se funde contigo en un gran abrazo acompañado de un "Te Quiero". Me emociono.
Luego miras al frente y ves a tus compañeros aplaudiendo, a tu familia con lágrimas en los ojos rompiéndose también las palmas de las manos y piensas... Decídmelo vosotros compañeros, ¿Qué piensas ahí?.
Efectivamente, llegó nuestra graduación y con ello el final, perdón, el inicio de una etapa aún más grande que la que hemos dejado atrás. ¿Por qué digo inicio? Porque no quiero que haya un final con vosotros, pues como se dijo en el acto, somos compañeros y aunque algunos nos veamos una vez cada 10 años sabré quienes sois y cuando os vea os saludaré e incluso si me lo permitís, os daré un abrazo. De esta palabra, "compañeros", no me voy a olvidar, pues en el apellido de ella, está cada uno de vuestros nombres. No me importa que a muchos no os conozca ni haya cruzado palabra, os voy a echar mucho de menos.
No quiero hacer de esto un texto pesado (a lo mejor muchos entráis aquí por primera vez, quiero causar buena impresión), pero no quiero terminarlo sin antes daros las gracias por aparecer conmigo en esa gran orla de nuestro intrépido fotógrafo, por regalarme vuestros detalles en ocasiones o en definitiva, por haber formado parte de una de las etapas de mi vida que nunca olvidaré, enserio, MUCHAS GRACIAS.
Me quiero despedir deseándoos lo mejor, estoy seguro que seréis grandes, muy grandes y vuestros futuros pacientes sentirán eso, que sois GRANDES MÉDICOS.
No es un adiós, es un hasta luego mezclado con un hasta siempre...
Comments